Pensar, leer y escribir

Publicado en Instituto Camoes

Hay que utilizar la cabeza para pensar, hay que respetar y valorar el legado cultural que recibimos, hay que leer para pertrecharse de instrumentos que nos permitan combatir el destino que otros nos forjan. Es necesario leer y escribir para entender el mundo y para entendernos mejor a nosotros mismos. Leer es bueno para la salud. De leer y de intentar comprender nadie se ha enfermado, diga lo que diga Cervantes.

1 comentario:

pankarta dijo...

Leer es elegir

Conscientes de “la problemática que supone la plasmación del pensamiento por medio de la palabra escrita”, reconociendo sus límites, hemos de confiar en el “mundo del alma humana, en todas sus emociones y en todas sus fuerzas”19, en volvernos hacia la luz “con toda el alma”, en hacer girar “toda el alma” hacia la luz de la idea del bien, origen de todo, convencidos de que “el alma del hombre es como el ojo, el más solar de nuestros sentidos, el más noble”.

Hemos de reconocer también que, a partir de la percepción, suma selectiva de sensaciones, por ensayo y error, por tanteo, el hombre va desde una sensibilidad externa a una interna, alcanzando una genérica-sintética, gracias a su tacto personal, tacto seguro (aiestesis) del que depende que podamos fijar la sensación de nuestra existencia, la radiografía de nuestra humanidad, en búsqueda de estrategias vitales de auto-realización, dentro del mejor auto-diagnóstico existencial, en comunión con los demás hombres. En pro del llamado personal, vocacional, sociogénico, con miras a un sinérgico desarrollo societal específico.

Sin pretender fundamentar nuestra vida en el solo pensamiento, en sus limitaciones, pensamos con San Agustín que, antes que acudir al ámbito meramente social, hemos de regresar a nosotros mismos, pues, sin tener que ir fuera, es en el interior del hombre donde habita, reside la verdad: Noli foras ire, in te redi, in interiore homine habitat veritas (Aurelius Augustinus: De Vera Religione). En verdad, “todas las rutas van hacia la morada de los hombres”. Nos lo dice Horacio: Est modus in rebus, sunt certi denique fines, quos ultra citraque nequit consistere rectum. (Hay en las cosas medida y ciertos límites prescriptos, de los cuales jamás puede la virtud ir atrás ni ir adelante.) “No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos. Lo más importante es invisible.”

Antes que leer por leer, Gibbon nos recuerda que debemos ejercitarnos en pensar y, mejor, en saber elegir. Por ello, nos complace sobre manera coincidir plenamente con J. Guitton en que “leer es escoger, o, si preferís, con una palabra que se grabará: leer es elegir... y es elegir en todos los grados”, formas y sentidos.

Pablo Mora