Ironía e indignación, receta contra el cinismo

Fragmento de El equipaje del viajero

Esta expresión sesuda y seca que paseo por las calles engaña a toda la gente. En el fondo soy un buen sujeto, con sólo una debilidad confesada de ser mal vecino: la ironía. A pesar de ello, procuro cambiarle los giros y trato de controlarla (las aliteraciones de nuestros tatarabuelos están de moda otra vez) para que la vida no se vuelva demasiado incómoda. Pero debo confesar que ella vale como receta de buen médico siempre que la otra puerta de salida sea la indignación. A veces es tanto el cinismo, la verdad tan maltratada, tan ridiculizada la justicia, que si no me mofo, reviento con justísima furia.

Fotografía: José Saramago

2 comentarios:

Eris dijo...

Excelente página. Recientemente he descubierto los libros de este autor y estoy fascinada con ellos.
Un saludo.

Cristián Correa dijo...

Sorpresa me causan estas dos señoras, doñas Enami y Karmita, ya que en mi limitación, estaba convencido de que la ironía era solo para nosotros los indefensos varones.