Fragmento de Casi un objeto
Las palabras nunca dicen lo mismo, por más que se quiera. Si dijesen lo mismo, si los grupos se juntasen por homología, entonces la vida podría ser mucho más simple, por vía de reducción sucesiva, hasta la incluso tampoco simple onomatopeya y, siguiendo por ahí adelante, probablemente hasta el silencio, al que llamaríamos sinónimo general u omnivalente.
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