Las democracias se van suicidando

Publicado en elmundolibro.com

Hay que discutir la democracia a todas las horas y en todos los foros, porque, si no la reinventamos, no sólo se perderá ella, sino también la esperanza de ver dignamente respetados los derechos humanos.
Las democracias occidentales, han entrado en un proceso retrógrado, que son incapaces de parar e invertir. Las democracias se van suicidando todos los días.
Los sistemas democráticos occidentales se han convertido cada vez más en una plutocracia y cada vez menos en una democracia, en los que los gobiernos son comisarios políticos del poder económico.
Un poder no democrático nos gobierna. Los pueblos no eligieron a sus gobernantes para que los llevasen al mercado. El mercado es el único instrumento digno del nombre de poder, el que conduce a los gobiernos para que les lleven a los pueblos.
Hablar hoy de gobiernos socialistas, o socialdemócratas, o conservadores, o liberales, y llamarlos poder es algo así como una operación de cosmética barata.
No hay que aceptar formulaciones como que la democracia es el menos malo de los sistemas políticos inventados, porque ello frena el paso a algo mejor. La cuestión central es la cuestión del poder, y su principal problema, identificar quién lo detenta, cómo llegó hasta él, uso del mismo que hace, medios de que se sirve y fines a los que apunta.
Se ha vuelto obsoleto invocar objetivos humanistas de democracia económica y de democracia cultural, sin los cuales los de la democracia política se han quedado en una cáscara vacía de contenido nutritivo.
Me niego a admitir que sólo sea posible gobernar de acuerdo con los modelos democráticos al uso, incompletos e incoherentes. Una democracia que no se auto observa y examina está fatalmente condenada a anquilosarse.

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